Un sketch de Jean-Pierre Martinez
Un personaje (hombre o mujer) está ahí. Otro llega. Sin notar al primero, cree estar solo.
Transparente – Buenos días, soy el hombre que no se ve.
Inaudible – Pero… ¿quién me llama?
Transparente – Tranquilo, no estás escuchando voces como Juana de Arco. Pero precisamente te decía que… Espero que al menos no seas sordo, ¿verdad?
Inaudible – No, no, te escucho perfectamente. Pero, ¿dónde estás tú?
Transparente (al público) – Es el drama de mi vida, soy completamente transparente.
Inaudible – ¿Y tú me escuchas a mí?
Transparente (al público) – Lo veo mover los labios muy bien, pero no escucho en absoluto lo que me dice…
Inaudible – Es la historia de mi vida, no soy mudo, pero nadie me escucha. Ni siquiera los sordos.
Transparente – Cómo saber si ha entendido bien mi pregunta, no escucho su respuesta.
Inaudible – No puedo verlo y no logro hacerme oír. No será fácil tener una conversación fluida…
Un tercer personaje llega.
Inodoro (dirigiéndose a quien ve) – ¿Estás hablando solo?
Inaudible – Ni siquiera vale la pena que le responda…
Transparente – No, para nada, estaba hablando con este caballero que ven aquí.
Inodoro – Es curioso, te veo aquí y te escucho por allá.
Transparente – Ah no, pero a él no lo vas a escuchar. Es el hombre inaudible.
Inodoro (un poco confundido) – Ah, sí… ¿Y tú?
Transparente – Soy el hombre invisible.
Inodoro – Ya veo… ¿Como en el cine, quieres decir?
Transparente – Sí… Excepto que yo realmente soy transparente. Y para un actor, créeme, no siempre es una ventaja.
Inodoro – Vaya… A él lo distingo perfectamente, pero no escucho lo que me dice, mientras que a ti…
Transparente – Yo, al menos… incluso invisible, sigo siendo perfectamente comprensible.
Inodoro – Gracias a Dios, yo también.
Transparente – Entonces creo que nos llevaremos bien.
Inodoro – Aunque en general, la gente dice que no pueden sentirme.
Transparente huele un poco en su dirección.
Inaudible – Es cierto. Es cuando las personas no sienten absolutamente nada que lo notamos.
Inodoro – ¿Qué decías?
Transparente – Nada. Pero pensé que ser inodoro es menos incómodo que ser invisible como yo, o inaudible como este pobre hombre.
Inodoro olfatea en su dirección, claramente incómodo.
Inodoro – Sin olor… En algunos casos, eso incluso puede ser una ventaja para los demás, créeme.
Inaudible (también incómodo) – Ah sí, a él no lo vemos, pero ciertamente sentimos su presencia, eso seguro…
Transparente – Es extraño…
Inodoro – ¿Qué pasa?
Transparente – Solo somos tres, ¿verdad?
Inaudible – Parece que sí, ¿no?
Transparente – Y sin embargo… siento como una presencia, ¿no la sienten ustedes?
Inodoro – Aparte de ti, no siento nada…
Inaudible – ¿Una presencia espiritual, quieres decir?
Silencio.
Transparente – A menos que sea él…
Inaudible – ¿Él?
Inodoro – Aquel que, además de ser invisible, inaudible e inodoro…
Inaudible – …también es intocable y completamente insípido.
Inodoro – ¿Dios? Bueno, eso no tiene sentido…
Inaudible – De todos modos, no tiene sentido para ninguno de los cinco que conocemos.
Transparente – A menos que esté emitiendo en otra frecuencia…
Inodoro – Ah sí… Si Dios existe, se puede decir que es alguien extremadamente discreto…
Un momento.
Transparente – Incluso me pregunto si a ese nivel de discreción se puede seguir hablando de existencia.
Inaudible – Bueno…
Los otros dos dirigen su mirada hacia él. Parece sorprendido.
Inaudible – ¿Qué pasa? ¿Qué tengo?
Negro.
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Sketch extraído de la recopilación Escenas callejeras
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