Secretos de estrellas

Un sketch de Jean-Pierre Martinez

Dos personajes (hombres o mujeres) se enfrentan.
Uno – Gracias por recibirnos aquí en su casa. Sé lo mucho que le preocupa habitualmente proteger su vida privada. Y gracias también por concedernos esta entrevista para nuestra revista Secretos de Estrellas.
Dos – No hay de qué…
Uno – Mi primera pregunta tiene que ver precisamente con la prensa. A menudo ha arremetido contra los periodistas del mundo del corazón, comparándolos con buitres que se alimentan de la desgracia de los famosos, violando de paso la intimidad de su vida personal.
Dos – Aunque esa fórmula quizá sea un poco exagerada, sigo pensando que un actor solo debería ser conocido por las películas en las que ha participado, y no por los detalles más o menos sórdidos de su vida privada, que en realidad no interesan a nadie.
Uno – No sea tan modesto. Nuestra revista tiene millones de lectores. Habrá que creer que la vida de las estrellas interesa a mucha más gente de la que usted imagina.
Dos – Detesto hablar de mí mismo, y no comparto el gusto de muchos actores por el exhibicionismo. Pero entiendo que a veces hay que hacer ciertas concesiones al pudor para satisfacer la curiosidad del público.
Uno – Por supuesto…
Dos – Además, concedo muy pocas entrevistas.
Uno – En efecto… Ya nos lo dijo cuando lo entrevisté hace menos de un mes con motivo de su tercera boda. Con una compañera nuestra de la prensa audiovisual, por cierto…
Dos – Por desgracia, ya estamos tramitando el divorcio.
Uno – Seguro que pronto tendremos la ocasión de volver a vernos para hablar de ello…
Dos – Es un tema doloroso para mí, pero… con gusto.
Uno – Pero pasemos al tema principal de esta entrevista: la publicación en librerías de su esperada autobiografía, sobriamente titulada… Mi vida.
Dos – Mi editor insistía en que el título fuera Los entresijos del espectáculo. Pero yo preferí algo menos sensacionalista.
Uno – Que es, de hecho, el subtítulo de esta obra maestra de más de 600 páginas.
Dos – Ya se lo he dicho. Hay que saber ceder a veces…
Uno – Sin querer desvelar demasiado, en este libro habla de su vida íntima con algunas celebridades que compartieron durante un tiempo su cama… Perdón, su vida. Y hay que decir que no fueron pocas. Y que nadie se libra…
Dos – Hablar de la vida amorosa de uno mismo es bastante impúdico. Pero ya que me prestaba a ese ejercicio, al menos debía la verdad a mis lectores.
Uno – Nos enteramos, por ejemplo, de que su última esposa tenía una pierna más corta que la otra, y que compensaba ese pequeño defecto con plantillas ortopédicas…
Dos – Es importante que el público sepa que las estrellas son como cualquier otra persona. Que detrás de las imágenes de perfección que transmiten los medios, se esconden seres normales, con los mismos defectos que la gente corriente. Ya sabe, antes de ser iconos venerados por todos, las estrellas también fueron personas como cualquier otra…
Uno – Por lo visto, su esposa no apreció mucho convertirse, sin quererlo, en modelo de imperfección, ya que tras esa revelación solicitó el divorcio.
Dos – Las estrellas son personas frágiles. Necesitan sentirse queridas. Y para ser queridas, creen que tienen que ocultar hasta el más mínimo defecto. Pero en realidad, es revelando nuestras debilidades como podemos acercarnos al público y crear un vínculo auténtico con él.
Uno – Sin embargo, en ese libro usted no se extiende demasiado sobre sus propias debilidades.
Dos – Por pudor, créame.
Uno – Creo que su exmujer también está a punto de publicar su autobiografía. Para no comprometer su natural modestia, quizá sea ella quien se encargue de desvelar todos esos defectos que harán de usted alguien más cercano al gran público.
Dos – Puede ser…
Uno – Para terminar, me gustaría hacerle una pregunta un poco impertinente.
Dos – Adelante…
Uno – Se sabe que muchas celebridades que publican sus memorias recurren a profesionales que las escriben por ellos. ¿Es realmente usted el autor de esta autobiografía?
Dos – Si no le conociera, tomaría esa pregunta como un insulto… ¿Hay algo en ese libro que le haga pensar que no lo he escrito yo?
Uno – En el libro, no. Pero resulta que conozco muy bien al periodista que lo redactó. De hecho, tengo su contrato en el bolsillo… Aunque firmó con seudónimo.
Dos – ¿Ah, sí…? ¿Y quién sería ese periodista, según usted?
Uno – Yo mismo.
Dos – En ese caso, le felicito. El libro está muy bien escrito, y he disfrutado mucho leyéndolo. Incluso he aprendido algunas anécdotas sobre mi vida que desconocía, y que tras comprobarlas resultaron ser perfectamente ciertas.
Uno – Gracias por habernos concedido esta entrevista.
Dos – Gracias a usted.
Negro.


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Sketch extraído de la recopilación Entre Bastidores
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Entre bastidores

Encuentra todas las obras de teatro de Jean-Pierre Martinez en su sitio web:
https://jeanpierremartinez.net

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