Interrogatorio

Un sketch de Jean-Pierre Martinez

El primero (o la primera) va y viene por detrás del segundo (o la segunda), sentado en una silla.
Uno – Acabarás por hablar, sabes. He doblegado a más resistentes que tú, te lo aseguro…
Dos (como si recitara una lección) – Soy inocente, se lo juro.
Uno – Claro, como siempre. Lo que dicen todos. Bueno, otra vez: nombre, apellido, fecha de nacimiento, profesión…
Dos (aburrido) – Pedro Sinsilla, 33, enfermero…
Uno – ¿Y dónde estabas, Sinsilla el miércoles por la noche, a eso de las doce?
Dos – En la cama. Durmiendo.
Uno – ¿ Solo ?
Dos – No, con mi novia.
Uno – Y, naturalmente, vas a decirme que ella también estaba durmiendo…
Dos – Pues sí. A las doce… Trabajamos los dos. Tenemos que madrugar mucho.
Uno – Por lo menos, podrías tener un poco más de imaginación.
Dos – No tengo nada más que decirle.
Uno – Ya… Pues de todas formas vas a decírmelo.
Dos – ¿Decirle qué? ¿Que no tengo nada que decir? Si acabo de decirle…
Uno – No te pases conmigo. No estás seguro de ganar.
Dos (levantándose) – Eso está claro…
Uno – ¡Siéntate, Sinsilla!
El otro está muerto de risa.
Uno – ¿Quieres que te inculpe también por desacato a la policía?
El otro vuelve a sentarse suspirando.
Uno – Muy bien… Entonces… ¿Qué estaba diciendo…? Ah, sí… ¿Que dónde estabas el martes por la noche?
Dos – ¿No habías dicho el miércoles?
Uno – Bueno, martes, miércoles, qué más da… ¿Dónde estabas?
Dos – La verdad es que no recuerdo.
Uno – ¿Cómo que no recuerdas? Acabas de decirme que estabas en la cama, follando a tu novia.
Dos – No, eso era el miércoles…
Uno – ¡Cabrón! ¿Vas a hablar, o no?
Da un golpe violento con la mano en la mesa que se desploma. En seguida hace una mueca de dolor y se coger la mano con la otra.
Uno – ¡Hostia puta!
Dos – Pero ¿qué coño…?
Uno – ¿A ti qué te importa…? ¡Joder…!
Dos – ¿Duele mucho…?
Uno – Me he destrozado la mano…
Dos – A ver… Soy enfermero, ¿ no te acuerdas?
El otro se deja examinar.
Dos – Está bien. No hay fractura.
Uno – ¿Por qué me duele tanto, entonces?
Dos – ¡Qué bestia eres ! Has roto la mesa. Hasta has llegado a darme miedo. Casi he llegado a creer que me ibas a dar una chuleta de verdad…
Uno – Perdón… No me di cuenta…
Dos (suspirando) – ¡Qué coñazo estos entretenamientos! Además, estoy harto de hacer de acusado.
Uno – Pues la próxima vez harás de policía. Ya verás si de verdad es más divertido…
Dos – Vale… ¿Descansamos un rato?
Uno – De acuerdo.
Saca un paquete de cigarrillos, y le ofrece uno a su colega.
Dos – Gracias, dejé el tabaco la semana pasada.
El otro se dispone a encender su cigarrillo.
Dos – Oye… no quiero parecer demasiado estricto respecto al reglamento, pero sabes que ahora está prohibido…
Uno – ¿Cómo?
Dos – Esto es un lugar público ¿o no?
Uno – Joder… ¿Por qué escogí este curro de mierda…? Así que ahora, un policía ni siquiera tiene el derecho de ofrecer un cigarrillo a un acusado durante un interrogatorio?
Dos – Podría demandarte…
El otro vuelve a meter el cigarrillo en el paquete.
Uno – Bueno, pues seguimos, entonces…
Dos – ¿Tú haces de acusado?
Uno – Vale.
Se sienta en la silla, y el otro empieza a ir y venir por detrás de él durante un rato. El primero se impacienta.
Uno – Bueno… ¿Y qué? Me estoy durmiendo…
Dos – ¡Espera un poco, joder! Me estoy concentrando…
Sigue concentrándose un rato, antes de atacar.
Dos – ¡Vamos, maricón! ¿Dónde estabas el miércoles por la noche a eso de las doce? Acabarás por decírmelo, así que más vale que me lo digas en seguida… y ganaremos tiempo…
Uno – Pues, el miércoles a las doce, estaba atracando el súper de mi barrio.
Se ríe.
Dos – Joder… Eso no vale… No tienes que decírmelo tan pronto…
Uno (mirando su reloj) – Mira, ya son las ocho… Se acabó, ¿no…?
Dos – Bueno… Además, tengo que volver temprano a casa… Mi novia me lleva al teatro esta noche.
Uno – No me digas…
Dos – A ver si no es tan aburrido como la última vez. Me tuvo que despertar en el descanso…
Se disponen a irse.
Uno – ¿Y el miércoles por la noche a eso de las doce, que hacías en realidad?
Dos – Estaba en la cama, fíjate. Como te he dicho.
Uno – ¿Con tu novia?
Dos – No, con la tuya, tonto.
Se van.
Uno – ¿De verdad…?
Oscuro.


Aquellos textos los ofrece gratuitamente el autor para la lectura. Sin embargo cualquier representación pública, sea profesional o aficionada (incluso gratuita), debe ser autorizada por la Sociedad de Autores encargada de percibir los derechos del autor en el país de representación de la obra. En España SGAE, en Argentina ARGENTORES, en Uruguay AGADU, en México SOGEM.

Contactar con el autor : FORMULARIO DE CONTACTO

Sketch extraído de la recopilación Muertos de la risa
Enlace a la recopilación para comprarla o descargarla gratuitamente (PDF).

Muertos de la risa

Encuentra todas las obras de teatro de Jean-Pierre Martinez en su sitio web:
https://jeanpierremartinez.net

Scroll al inicio