Un sketch de Jean-Pierre Martinez
Llega una mujer para fumar. Otra se une poco después. Intercambian una sonrisa educada. El teléfono móvil de la segunda suena y ella contesta.
Patricia – ¿Hola? Te dije que no me llamaras aquí. Sí, ya sé que es un móvil, pero a esta hora sabes muy bien que estoy en la oficina. Escucha, hablaremos de nuevo más tarde, ¿vale? Y entre nosotros, ¿uno perdido, diez encontrados, no? Bueno, de verdad que tengo que colgar. No puedo hablar aquí, estoy en una reunión… No, soy yo quien te llamará…
Guarda su teléfono y mira incómoda a la otra que finge no haber escuchado nada.
Cristel – ¿Eres nueva? Nunca te he visto aquí.
Patricia – Desde hace una semana. Antes trabajaba en la planta baja. Salía a fumar afuera en el atrio. Pero la empresa se trasladó a Rumanía.
Cristel – Eso es algo que no logro entender. Nuestras empresas se trasladan a Rumanía, y los rumanos vienen aquí a buscar trabajo.
Patricia – ¿Y tú?
Cristel – Llevo quince años.
Patricia – Ah, vaya. Entonces te gusta…
Cristel – Sí, bueno… Cuando llegué, no pensé quedarme tanto tiempo. Después, no tuve el ánimo para buscar en otro lado. Y ahora, no estoy segura de que alguien más quiera de mí.
Patricia – Lo entiendo. Un contrato de trabajo es un poco como un contrato de matrimonio. Incluso yo, si no me hubieran echado… Por cierto, perdón por antes…
Cristel – ¿Era tu ex?
Patricia – Mi madre.
Cristel – Ah… Es mucho más difícil deshacerse de una madre que de un ex…
Patricia – Seguro por eso no existe el término ex-madre… Perdió a su gato.
Cristel – ¿Ah, sí…?
Patricia – Ella rescata todos los gatos callejeros del vecindario. El problema con los gatos callejeros es que no son muy hogareños. Tarde o temprano terminan escapándose por los tejados.
Cristel – Como los hombres.
Patricia – Parece que sabes de lo que hablas…
Cristel – Yo colecciono un poco a los hombres perdidos. Esos que parecen no saber dónde viven. Los cuido un poco. Los mimo. Comienzan a ronronear. Pero te confirmo que ellos también, tarde o temprano, después de entrar por la puerta, terminan saliendo por la ventana.
Patricia – Sí… (Mira discretamente su reloj) No debería tardar mucho, todavía estoy en período de prueba…
Cristel – Yo también debo volver. Pero podríamos tomar una copa de chicas una de estas noches, ¿no?
Patricia – ¿Por qué no? He estado libre como el aire desde hace unos días.
Cristel – Entonces sí hubo un ex.
Patricia – Pero con ese no tuve problemas para deshacerme de él. Parece que los hombres tienen tendencia a consumirse de amor por mí.
Cristel – Tiene mucha suerte…
Patricia – Murió carbonizado en la autopista.
Cristel – Lo siento mucho.
Patricia – De todas formas nunca habría funcionado entre nosotros. Él estaba casado y era del tipo hogareño.
Cristel – La vida es injusta. Los hombres del tipo hogareño, no es en nuestra casa donde viven… Bueno, hasta luego…
Ella se va. La otra fuma un poco más y luego se va también.
Negro.
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Sketch extraído de la recopilación Nicotina
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