En el nombre del padre

Un sketch de Jean-Pierre Martinez

Un hombre maduro está allí, con una maleta. Otro llega, más joven, y empieza a mirarlo, primero de manera furtiva y luego ostensiblemente.
Uno – ¿Nos conocemos?
Dos (extendiendo la mano) – ¡Juan!
Uno – ¿Juan? Pero no me llamo Juan…
Dos – ¡Juan! Soy yo, Juan. Hicimos teatro juntos.
Uno – ¿Teatro?
Dos – ¿No haces teatro?
Uno – Sí… Bueno, lo hice… Pero fue hace mucho. Y durante muy poco tiempo.
Dos – En Jerez de la Frontera.
Uno – Sí…
Dos – En la Escuela de Teatro de Jerez de la Frontera.
Uno – Sí, eso es…
Dos – Trabajamos juntos en una escena de Tirso de Molina, «Don Gil de la Calzas Verdes».
Uno – ¿Don Gil de la Calzas Verdes?
Dos – Yo hacía de Doña Juana.
Uno – ¿En serio?
Dos – El profesor era un poco especial…
Uno – Seguramente por eso no me quedé más tiempo. No recuerdo haber hecho esa escena.
Dos – ¡Pero sí! Te lo aseguro.
Uno – En cualquier caso, a ti parece que te marcó.
Dos – Pero sí te acuerdas de mí, ¿verdad?
Uno – Sí, sí, por supuesto… Pero…
Dos – Ha pasado tiempo, claro… Envejecimos…
Uno – Aún pareces bastante joven.
Dos – Sí, ¿verdad? Pero tú…
Uno – Yo…
Dos – Casi no te reconocía.
Uno – Han pasado algunos años.
Dos – Aun así. Es increíble.
Uno – ¿Increíble?
Dos – Cómo has envejecido.
Uno – Gracias…
Dos – No, pero cambiamos, por supuesto, con el tiempo. Incluso yo he madurado un poco. Pero tú…
Uno – Yo…
Dos – Oh, joder… Has envejecido bastante.
Uno – Bueno… Pero te recuperarás, ¿no?
Dos – Sí, sí, perdona… Es solo que… me parece extraño verte así.
Uno – Ya veo.
Dos – Y yo, ¿crees que no he cambiado?
Uno – Perdona, pero… ¿estás realmente seguro de que hicimos teatro juntos?
Dos – Seguro. Soy muy fisonómico. De lo contrario, nunca te habría reconocido. Has envejecido tanto…
Uno – ¿En Jerez de la Frontera, entonces?
Dos – Pues sí… «Don Gil de la Calzas Verdes»…
Uno – Vale… Ahora me acuerdo.
Dos – ¿Qué?
Uno – Fui a esa clase solo para ver, porque mi hijo estaba inscrito allí.
Dos – ¿Tu hijo?
Uno – Federico. Seguro que fue con él con quien interpretaste esa escena.
Dos – Federico, ¿no eres tú?
Uno – Es mi hijo. Tiene tu misma edad. Yo solo estuve en la clase durante dos semanas. El tiempo que me di cuenta de que el teatro no era para mí. Y además, hacer teatro con mi hijo… O sea que me fui.
Dos – Seguro que fue en ese momento que llegué. Estaba en lista de espera… A medida que se liberaba un lugar…
Uno – Sí… Y tú interpretaste esa escena con Federico, mi hijo. Es cierto que nos parecemos mucho, pero bueno…
Dos – Ya me lo imaginaba. No se puede envejecer tanto en cinco años, ¿Verdad? Pero entonces, ¿cuántos años tienes en realidad?
Uno – Podría ser tu padre…
Dos – Bueno… Sinceramente, no los aparentas… ¿Y a dónde vas con esa maleta?
Uno – Había ido a ver a mi hijo, precisamente, y ahora regreso… a la residencia de ancianos.
El otro parece no saber si le está tomando el pelo o no.
Oscuridad.


Aquellos textos los ofrece gratuitamente el autor para la lectura. Sin embargo cualquier representación pública, sea profesional o aficionada (incluso gratuita), debe ser autorizada por la Sociedad de Autores encargada de percibir los derechos del autor en el país de representación de la obra. En España SGAE, en Argentina ARGENTORES, en Uruguay AGADU, en México SOGEM.

Contactar con el autor : FORMULARIO DE CONTACTO

Sketch extraído de la recopilación Memorias de una maleta
Enlace a la recopilación para comprarla o descargarla gratuitamente (PDF).

Memorias de una maleta

Encuentra todas las obras de teatro de Jean-Pierre Martinez en su sitio web:
https://jeanpierremartinez.net

Scroll al inicio