Un sketch de Jean-Pierre Martinez
En la cama, un hombre va recobrando poco a poco el conocimiento. Llega una mujer al estilo ejecutiva, con un ordenador portátil en una funda en la mano.
Mujer – ¡Estimado señor, buenos días!
Hombre – Buenos días…
Mujer – Disculpe un momento, no será largo.
Hombre – Por supuesto…
Ella saca la computadora portátil de la maleta, la enciende y la coloca en la mesita de noche para que él pueda ver la pantalla.
Mujer – ¿Recuerda el código para el wifi?
Hombre – Ni siquiera recuerdo mi nombre.
Mujer – No importa, prescindiremos de él. (Después de aclararse la garganta) Estimado señor, he querido reunirme con usted sin demora porque tengo buenas noticias que anunciarle.
Hombre – ¿Un nuevo remedio, tal vez? ¿Una cura milagrosa? Algo que pueda salvarme la vida.
Mujer – Me está quitando las palabras de la boca, estimado señor. En efecto, los nuevos productos financieros que tengo para ofrecerle podrían cambiar su vida.
Hombre – Supongo que no es médico entonces.
Mujer – Soy su asesora financiera. ¿Es usted titular de una cuenta en el Banco Espírito Santo, verdad?
Hombre – Sí, tal vez.
Mujer – Y puedo asegurarle que es usted uno de nuestros mejores clientes.
Hombre – Menos mal. Porque ni siquiera estoy seguro de ser un buen católico…
Mujer – Tranquilo, eso no es obligatorio para especular en la bolsa. Y como cliente privilegiado de nuestro banco, he querido ofrecerle en primicia nuestras nuevas oportunidades de inversión, con un rendimiento absolutamente excepcional.
Hombre – Ah, sí…
Mujer – Mire este gráfico. (Le muestra una curva.) Nuestro nuevo fondo de inversión, El Fénix en Acciones, ha ganado un 27% en seis meses.
Hombre – El Fénix, ¿ah sí? Suena prometedor. ¿Pero por qué ese nombre?
Mujer – El año anterior, desafortunadamente, El Fénix perdió un 73% de su valor en bolsa. Es una inversión arriesgada, reservada para los inversionistas más audaces, ¡pero siempre renace de sus cenizas!
Hombre – No estoy seguro de poder decir lo mismo.
Mujer – Vamos, estoy segura de reconocer en usted a un luchador. La bolsa es una inversión siempre ganadora a largo plazo.
Hombre – Sabes, a largo plazo, para mí… ¿Le dije que acabo de recibir la extremaunción?
Mujer – Iba a llegar a eso, querido señor. No le voy a ocultar que debe decidirse rápidamente. Es una oportunidad excepcional, pero no habrá para todos. Solo podremos atender a nuestros clientes más receptivos.
Hombre – No estoy seguro de estar aún muy receptivo, incluso a los tratamientos médicos. De hecho, me pregunto si no estoy ya muerto…
Ella abre su maletín y saca un folleto que le ofrece con una sonrisa comercial.
Mujer – Tranquilícese… También tenemos toda una gama de productos en seguros de vida y decesos.
Hombre (tomando el documento) – Gracias…
Mujer – Le dejo que lo piense, querido señor. No vamos a acosarlo, ¿verdad? Estamos aquí principalmente para asesorarlo…
Hombre – Así es, voy a pensar en ello.
Mujer – Le dejo, tengo otros posibles inversores que visitar en este establecimiento. Por cierto, ¿qué es esto? ¿Una especie de casa de retiro?
Hombre – Una Unidad de Cuidados Paliativos.
Mujer – Claro, entonces nos vemos pronto. Pero piense rápido, querido señor. En su caso, sobre todo, no tiene tiempo que perder… y sería una lástima perder una oportunidad como esta.
Negro.
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Sketch extraído de la recopilación Ni siquiera muerto
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