Un Sketch de Jean-Pierre Martinez
Dos personajes con máscaras o vendajes en los ojos. Uno llega desde un lado, el otro desde el lado opuesto. Parecen molestos de encontrarse.
Él – ¿Entonces?
Ella – Nada…
Un momento.
Él – ¿Y si intentamos por allí?
Ella – Ya vengo de allí.
Él – ¿Y por aquí, ya hemos probado?
Ella – Sí.
Él – ¿Estás segura?
Ella – Absolutamente. Incluso varias veces.
Él – Entonces, ya no veo…
Un momento.
Ella – ¿Cuánto tiempo llevamos perdidos en este laberinto?
Él – No sé. Mucho tiempo…
Ella – Todo este tiempo buscando la salida, y aún no la hemos encontrado.
Él – ¿Y si no la hubiera?
Ella – ¿Entonces por dónde habríamos entrado?
Él – No sé. ¿Recuerdas el momento en que entramos?
Ella – No… pero debe haber habido un momento en el que entramos. Si no, ¿cómo habríamos llegado aquí?
Él – Tienes razón. Debemos haber entrado por algún lado.
Ella – Sí. Por la salida.
Él – ¿Entramos por la salida?
Ella – No sé… ¿Crees que podría haber una entrada y una salida?
Él – Eso significaría dos salidas posibles…
Ella – ¿Y aún no hemos encontrado ninguna?
Él – O quizá solo había una entrada, y la han bloqueado una vez que estuvimos dentro.
Ella – ¿Ellos? ¿Quiénes son «ellos»?
Él – No sé… Alguien tuvo que diseñar este laberinto, ¿no? Y dado que no somos nosotros…
Ella – ¿Estás seguro de que no somos nosotros?
Él – Si fuéramos nosotros, sabríamos dónde está la salida, ¿no?
Ella – Sí, imagino…
Él – O quizás hemos olvidado.
Ella – ¿Olvidado qué?
Él – Olvidado dónde estaba la salida.
Un momento.
Ella – ¿Crees que somos los únicos en este laberinto?
Él – En todo caso, nunca hemos encontrado a nadie.
Ella – Tal vez nuestros caminos nunca se han cruzado.
Él – Eso me sorprendería…
Ella – ¿Por qué no?
Él – Cada vez que nos separamos para buscar la salida, siempre acabamos encontrándonos aquí.
Ella – Es verdad… Nunca encontramos la salida, pero nunca nos perdemos. Al menos, siempre nos encontramos…
Él – Sí… Estamos condenados a estar juntos.
Ella – ¿Condenados?
Él – ¿Dije “condenados”?
Ella – Dijiste “condenados a estar juntos”.
Él – No, quería decir… Aparentemente… es nuestro destino. Estamos hechos para vivir juntos.
Ella – Sí… pero entonces, ¿por qué pasar todo nuestro tiempo buscando la salida?
Él – No sé.
Ella – ¿Crees que si encontráramos la salida, no seguiríamos juntos?
Él – ¿Juntos? ¿Te refieres a fuera?
Ella – Sí, fuera… ¿Crees que lo primero que haríamos al salir sería irnos cada uno por su lado?
Él – Eso… nunca lo sabremos.
Ella – A menos que encontremos la salida…
Él – Sí.
Ella – ¿Y si dejamos de buscar?
Él – ¿Dejar de buscar la salida?
Ella – ¿Por qué no?
Él – ¿Y qué haríamos en su lugar?
Ella – No lo sé. Podríamos… No sé…
Un momento.
Él – Quizás sea mejor que sigamos buscando, ¿no?
Se ponen en movimiento de nuevo.
Ella – Voy a ver si por allí podría estar la salida.
Él – Y yo por aquí.
Ella – ¿Nos encontramos aquí?
Él – De acuerdo…
Salen cada uno por el lado opuesto al que entraron.
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Sketch extraído de la recopilación Los Rebeldes
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