Un sketch de Jean-Pierre Martinez
Uno – Prométeme que no te vas a poner nervioso…
Dos – ¿Qué?
Uno – Me he cruzado con el señor Martín en el supermercado.
Dos – ¿El señor Martín? ¡Pero no es posible! Lo enterramos la semana pasada…
Uno – Por eso te pedí que no entraras en pánico. Pero te digo que cuando lo vi, me dio un vuelco el corazón.
Dos – ¿Estás seguro de que era él?
Uno – Me saludó desde lejos. Pero era él, ¡te lo juro! Lo vi como te estoy viendo ahora.
Dos – ¿Y dijo algo?
Uno – Estaba tan paralizado que no me atreví a acercarme.
Dos – No pudo haber resucitado de todas formas.
Uno – Sobre todo porque lo incineraron.
Dos – Sí… La incineración hace que la resurrección de los cuerpos sea mucho menos probable.
Uno – Imagina que hubieran incinerado a Jesucristo después de la crucifixión.
Dos – Sería mucho menos creíble que saliera de su tumba tres días después.
Uno – ¿Te imaginas a Jesucristo saliendo de su urna…?
Dos – Como un genio saliendo de su lámpara.
Uno – Sí, eso le daría al cristianismo un toque más oriental.
Dos – No sé si esa historia habría tenido tanto éxito.
Uno – Bueno, en cualquier caso, esa no es la cuestión.
Dos – ¿Y cuál es la cuestión, entonces?
Uno – El señor Martín fue incinerado, ¡y acabo de cruzármelo en la sección de congelados del supermercado! Esa es la cuestión.
Dos – No puede ser un milagro. ¿Por qué Dios, si existe, resucitaría al señor Martín?
Uno – Sí, sobre todo porque no era precisamente un lumbreras.
Dos – Se podría decir que era un imbécil.
Uno – ¿Y nadie más en el supermercado parecía sorprendido?
Dos – Incluso escuché a la cajera decirle: «Hola, señor Martín, ¿cómo está hoy?»
Uno – En ese caso, solo veo una solución. El señor Martín no está muerto.
Dos – ¿No está muerto? Pero entonces… ¿a quién enterramos la semana pasada?
Uno – Vete tú a saber.
Dos – Pero recibimos una esquela, ¿no?
Uno – Sí.
Dos – ¿Y dónde está esa esquela?
Uno – Eso… No la guardé. Si tuviera que guardar todas las esquelas que recibo…
Dos – Es verdad que a nuestra edad, cada vez recibimos más esquelas.
Uno – Sobre todo esquelas de defunción.
Dos – Entonces, el señor Martín no está muerto.
Uno – Al parecer, no.
Dos – Pero entonces, ¿quién ha muerto?
Uno – Ni idea.
Dos – ¿Te das cuenta? Hay alguien de nuestro entorno que ha muerto, fuimos a su funeral, ¡y no sabemos quién es!
Uno – Sí. Alguien lo suficientemente cercano como para que nos enviaran una esquela.
Dos – Y como no guardaste la esquela, ya no hay manera de saber quién es…
Uno – Es un problema… Imagina que nos encontramos con la vecina de abajo y le preguntamos cómo está su marido. Cuando en realidad asistimos a su funeral hace una semana.
Dos – Y como lo incineraron, ni siquiera podemos ir a ver qué nombre pone en la tumba.
Uno – Sí… Conocía la tumba del soldado desconocido, pero esto…
Dos – Sabemos que el muerto es alguien que conocemos, pero no sabemos quién…
Uno – En cualquier caso, no es el señor Martín. Lo acabo de ver en el supermercado.
Dos – Lo que podemos hacer es una lista de todas las personas que veamos. Al final, el que no volvamos a ver será seguramente el que ha muerto.
Uno – Vamos a hacerlo así…
Dos – Empecemos ahora. ¿A quién más viste en el supermercado?
Oscuro.
Aquellos textos los ofrece gratuitamente el autor para la lectura. Sin embargo cualquier representación pública, sea profesional o aficionada (incluso gratuita), debe ser autorizada por la Sociedad de Autores encargada de percibir los derechos del autor en el país de representación de la obra. En España SGAE, en Argentina ARGENTORES, en Uruguay AGADU, en México SOGEM.
Contactar con el autor : FORMULARIO DE CONTACTO
Sketch extraído de la recopilación ¡Tranquilo!
Enlace a la recopilación para comprarla o descargarla gratuitamente (PDF).

Encuentra todas las obras de teatro de Jean-Pierre Martinez en su sitio web:
https://jeanpierremartinez.net