¡A barrer!

Un sketch de Jean-Pierre Martinez

Dos barrenderos. Están barriendo. Uno recoge algo del suelo.
Uno – Es increíble todo lo que se puede encontrar en las alcantarillas.
Dos – ¿Qué es?
Uno – Una oreja.
Dos – ¿Qué?
Uno – ¡Una oreja, te digo!
Dos – ¿Una oreja? ¿En serio? Déjame ver… Ah, sí, es una oreja, vaya.
Comienza a mirar por el suelo.
Uno – ¿Qué estás buscando?
Dos – Estoy viendo si no está la segunda.
Uno – ¿Por qué tendría que haber una segunda?
Dos – No lo sé… Las orejas vienen en pares, ¿no?
Uno – Las orejas vienen en pares… Qué tontería…
Permanecen perplejos por un momento, apoyados en los mangos de sus escobas.
Dos – ¿Qué vamos a hacer con esta oreja?
Uno – ¿Qué quieres que hagamos?
Dos – No lo sé. Tal vez deberíamos intentar encontrar a su dueño.
Uno – ¿Qué crees que hará con ella?
Dos – Me parece que si yo perdiera una oreja y alguien la encontrara, me gustaría que me la devolvieran.
Uno – ¿Cómo que si perdieras una oreja? ¡No se pierden las orejas como se pierden las llaves! ¿Cómo puedes perder una oreja sin darte cuenta?
Dos – Tienes razón… ¿Cómo habrá perdido esa persona una oreja?
Uno – También podría ser una mujer.
Dos – ¿Una mujer? ¿Por qué una mujer?
Uno – ¿Por qué no una mujer? Las mujeres también tienen orejas, ¿no? De lo contrario, ¿dónde colgarían sus pendientes?
Dos – Pero esta oreja no lleva pendientes.
Uno – Tal vez era una mujer que no llevaba pendientes…
Dos – Es horrible…
Uno – ¿Qué pasa?
Dos – Saber que en algún lugar, hay una mujer caminando por la calle con una sola oreja.
Uno – La mujer de la oreja cortada…
Justo en ese momento, una mujer se acerca.
Tres – Leo las líneas de la mano. ¿Me das la tuya?
Uno – En realidad, estamos buscando a alguien que lea en los lóbulos de las orejas. ¿Sabes hacer eso?
Tres – Habría que ver…
Le ofrece la oreja.
Uno – Aquí tiene, le presto una oreja atenta.
Dos – Lo que realmente queremos saber es a quién pertenece esta oreja.
La vidente parece concentrarse.
Tres – Veo… una escoba.
Dos – ¿Crees que esta oreja podría haber pertenecido a una bruja?
Uno – Una escoba… Por supuesto, somos barrenderos, ¡así que ella ve escobas! Si fuéramos pescaderos, olería a pescado. Y si fuéramos marineros, escucharía el mar…
Tres – Por ahora solo siento malas vibraciones…
Dos – Encontramos esta oreja barriendo las hojas muertas en la alcantarilla.
Uno – El otoño es la temporada alta para los barrenderos… Las orejas muertas se recogen a montones…
Dos – ¿Qué más ves?
Tres – Veo… (Agitando la oreja como en trance) No veo nada, pero escucho.
Uno – Ahora una vidente que escucha…
Dos – ¿Y qué escuchas?
Uno – Escucho una voz… que viene de muy lejos.
Dos – ¿Y qué dice esa voz?
Tres – ¡Escucho… números!
Uno – ¿Números?
Dos – Debe ser un mensaje codificado.
Tres – Cinco números… Y un sexto…
Dos – ¡El número complementario!
Tres – Sí… Sí, eso parece… ¡Se parece a la combinación del próximo sorteo de lotería!
Uno – ¿La lotería?
Dos – ¿Y qué son estos números?
Ella le devuelve bruscamente la oreja, como si se rompiera el encanto.
Tres – Para saberlo, deben pagar por adelantado.
Uno – Claro… ¿Y qué nos garantiza que es la combinación correcta?
Tres – Nada. No están obligados a creerlo. Ustedes verán…
Uno – ¿Nosotros veremos? Pensé que eras tú, la vidente…
Dos – Sin embargo, imagínate… ¿Y si fuera el número correcto?
Uno – ¿Hablas en serio?
Dos – ¿Qué tenemos que perder?
Uno – Eso, creo que la señora nos lo dirá…
Tres – Cincuenta euros.
Uno – ¿Cincuenta euros?
Tres – Es tomarlo o dejarlo.
Uno – Y si fuera verdad, ¿por qué no jugarías tú misma la combinación ganadora?
Tres – Ustedes encontraron esa oreja. No yo. Sería contrario a la ética.
Dos – Solo serían 25 euros cada uno…
Uno – Vale, vamos por 40, ¿de acuerdo?
Tres – Está bien.
Le dan a cada uno un billete de veinte. Ella saca un papel de su bolsillo y se lo entrega.
Tres – Aquí están los números ganadores.
Dos – ¡Pero… ya estaban escritos en este papel antes de que escucharas esa voz!
Tres (con énfasis) – El destino siempre está escrito de antemano.
Se marcha.
Dos – No sé por qué, pero yo sí creo…
Uno – ¿Y cuáles son esos números?
El otro se dispone a decírselo, pero se detiene.
Dos – Mejor venga por aquí… (Mirando al público) Las paredes tienen oídos…
Se alejan un poco.
Uno – Entonces, ¿cuáles son?
Dos – El 13.
Uno – Clásico.
Dos – El 5 bis.
Uno – Vamos a decir el 5.
Dos – Y el 214.
Uno – ¿El 214?
Dos – Vamos a decir el 2, el 1 y el 4.
Uno – Sí, pero eso solo hace 5 números.
Dos – Ah sí, es verdad…
Uno – No nos dio el número complementario, la muy zorra.
Dos – Deberíamos haberle dado los cincuenta euros que nos pedía.
Uno – Claro, ahora va a ser culpa mía.
Dos – Y ¿qué hacemos con esta oreja? No parece muy limpia…
Uno – Por supuesto, la encontramos en la alcantarilla…
Dos – Sí… (hacia la audiencia) ¿Nadie ha perdido una oreja? Una oreja sucia… Bueno, la dejo aquí, bien a la vista. Si la persona que la perdió quiere recuperarla…
Uno – Bueno, ¿vamos a hacer la boleta o no?
Dos – Vamos… No sé por qué, pero tengo la sensación de que es nuestro día de suerte…
Salen.
Negro.


Aquellos textos los ofrece gratuitamente el autor para la lectura. Sin embargo cualquier representación pública, sea profesional o aficionada (incluso gratuita), debe ser autorizada por la Sociedad de Autores encargada de percibir los derechos del autor en el país de representación de la obra. En España SGAE, en Argentina ARGENTORES, en Uruguay AGADU, en México SOGEM.

Contactar con el autor : FORMULARIO DE CONTACTO

Sketch extraído de la recopilación Escenas callejeras
Enlace a la recopilación para comprarla o descargarla gratuitamente (PDF).

Escenas callejeras

Encuentra todas las obras de teatro de Jean-Pierre Martinez en su sitio web:
https://jeanpierremartinez.net

Scroll al inicio